Guachené está ubicado en la próspera Provincia Norte y tiene como particularidad que fue el último sitio elevado a municipio, recibió credenciales en el año 2006 cuando rubricó en la historia del Cauca que tenía las cualidades para ser casco municipal entre otras cosas porque cuenta con una historia que se narra desde 1546.
En tiempos lejanos el sitio en donde se erigió Guachené fue un centro de mano de obra para la Corona española, fue una zona de indígenas que le dieron identidad a las familias aborígenes de hoy, por citar algunos, los yanaconas, ingas, kokonukos, totoroes, paéces, guambianos, eperara y la comunidad siapidara.
Esta población con más de 19.815 habitantes tiene un activo que genera gran apego y es su proyecto cacaotero, una iniciativa que en un tiempo corto ha mejorado la calidad de vida de muchas familias y que igual le puso un sello de calidad y formalidad a una población que como muchas está saliendo sola a fuerza de trabajo, credo y oficio. Si bien su gran referente es el futbolista Yerry Mina, hoy los productores de cacao se muestran ante Colombia y ante la comunidad internacional como los grandes protagonistas de desarrollo y del famoso “sí se puede”.
El ingeniero industrial, Odimer Zape Lucumí, aseguró que lo que empezó como un sueño y un emprendimiento, hoy es una afable realidad, la misma que le devolvió al imberbe municipio el optimismo y toda la fe porque sus habitantes se dieron cuenta que la agricultura legal es rentable y altamente promisoria.
El ingeniero Odimer Zape, es un guacheneceño, literalmente de pura cepa pues es el responsable que las ancestrales semillas de cacao prosperen en las tierras caucanas para darle empuje a un proyecto que tiene identidad, aroma y sabor propio. Gracias al trabajo de este y otros profesionales que armoniosamente trabajan con 161 agricultores, el cacao caucano sigue posicionándose en el mercado nacional y ya tiene lista su visa para incursionar en los mercados internacionales.
El también conocido como municipio de “Las Guacas”, ese que creció a orillas del río Palo, es el escenario de un caso de éxito en donde quienes apostaron por el proyecto hoy saborean las bondades que en su momento fue decirle sí a la siembra de cacao, un cultivo americano por excelencia y un emblema en las culturas latinoamericanas.
Según el ingeniero el cacao es una herencia agrícola que fue esencial en tiempos ancestrales pues llegó a ser una cultura rural que le dio dinero y felicidad a los abuelos y a toda una ascendencia que encontró en la fruta el secreto que hizo feliz a toda la humanidad que vive por el chocolate. La vaina del cacao y su dulce pulpa de mucílago fueron sin duda junto con el maíz, cultivos estelares en tiempos precolombinos.
“Nosotros hemos retomado esta iniciativa para generar ingresos y para resaltar todas esas propiedades de un producto alimenticio, muy nutritivo de inmejorable sabor, pero clave igual en el equilibrio social y económico”, declaró el señor Zape Lucumí.
Este proyecto cuenta con 161 asociados y cada asociado tiene en promedio entre una y cuatro hectáreas de cacao que cuenta con las características del producto colombiano, fino y de aroma con características muy particulares en sabor lo que lo hace muy apetecido en el mundo.
El cacao que brota de los fértiles suelos de Guachené está siendo procesado y una parte es vendido en grano a la Nacional de Chocolates y el otro recibe valor agregado en el municipio que absorben dos empresas adicionales que abastecen el mercado local y el regional con sede en la ciudad de Cali de donde es llevado al mercado nacional.
Esta población que cuenta con una altitud promedio de 1.100 metros sobre el nivel del mar posee unas tierras muy apropiadas para este cultivo que de manera paralela y gracias a las características de suelo le inyectan mejores propiedades a un cacao que se cosecha gracias a las buenas prácticas agrícolas, a la inocuidad y desde luego bajo preceptos de calidad en taza, productividad y competitividad. La municipalidad, ubicada en la zona Tórrida muy en la base de las estribaciones de la cordillera central, es el lugar ideal para unas siembras que crecen y le aportan al municipio y a la comunidad.
El proyecto denominado Rescate Cacaotero del Norte del Cauca, SAT, firmó una alianza estratégica con los estudiantes de posgrado de la maestría de negocios internacionales de la universidad Javeriana porque la idea es exportar chocolate procesado.
“Nuestro chocolate tiene marcas Premium, Chocolate Castilla y la marca Chocolate del Río Cauca, marcas que serían exportadas gracias a los oficios de las Cámaras de Comercio del Cauca y de Cali, pero igual por los apoyos de instituciones y ONG con operación en el departamento”, indicó el Ingeniero.
Cabe anotar que el Cacao es un cultivo de inclusión y de tejido social que le entregó a la región calidad de vida pues quienes siembran cacao tienen un mercado asegurado con la ventaja que ponen su cosecha a precios internacionales, tal y como pasa con el café. Este modelo de negocio es ideal porque prácticamente deja las utilidades en el Cauca pues los 161 cacaoteros son socios en la agroindustria o transformadora de cacao.
La idea es poner producto en el mercado internacional y en ese propósito está la gobernación del Cauca y su Secretaría de Desarrollo Económico. Inicialmente, explicó, Zape, el cacao será puesto en los mercados de la región, es decir de América Latina, pero ya hay una opción de ir a Francia, país con el que se ha tenido desde la empresa mayor contacto.
En este proyecto hay beneficio para toda la cadena que va desde la producción hasta la transformación y comercialización, dentro de ésta hay que contar el transporte y otros rubros fundamentales en el buen andamiaje de la actividad cacaotera.
“Con los premios y reconocimientos que ha recibido el cacao colombiano podemos decir que estamos frente a otro producto emblemático que empezó a crecer en la Costa Pacífica, en el Valle del Cauca, en el Cauca, en los Llanos Orientales y en general en todo el país, teniendo en cuenta la importancia de departamentos potencialmente productores como Santander, Huila y Tolima”, expuso Zape.
Hablar de cacao, dijo, es hablar de paz pues con esta siembra hay sustitución de cultivos de muy buena rentabilidad y ofreciendo oportunidades a quienes desde el campo quieren estar en la legalidad y a la luz de un sector tan encomiable como el agrícola. Hoy podemos decir que la paz tiene aroma y sabe a cacao razón por la cual los campesinos y los empresarios del campo se están volcando hacia este renglón de la economía formal.
Los caucanos y básicamente los agricultores y cacaoteros de Guachené están haciendo las cosas al derecho porque no solamente hablan de agricultura lícita y prospectiva sino que dentro del valor añadido ya están trabajando en cacao 100 por ciento orgánico, un proyecto de mediano plazo que cautivará mercados y a esos clientes que aman el verde y el respeto por la alimentación limpia y fuera de los tóxicos.
“Ya hay fincas que están siendo certificadas en producción orgánica y por eso creo que en dos años máximo, estaremos ofreciendo en Colombia y en los mercados internacionales un cacao espectacular, rico en sabor y por encima de todo inocuo, ambientalmente responsable y amigo de la salud. Por eso creo que vamos a estar no solamente en Francia sino en otros países europeos que quieren comprar cacao bajo estas especificaciones, de hecho ya hay contactos”, sostuvo el vocero.
Otra opción en el ámbito global es el sector de confitería y por ello la marca ya piensa en la producción de chocolatería fina así como producto de cacao para repostería pues la idea es no solo hacer parte del mercado sino competir con calidad y con ese valor agregado de vender paz con denominación de origen.
Hoy de este producto devengan su sustento una población que en su 99 por ciento es afrodescendiente y una parte de indígenas. El cacao en el Cauca es sembrado en 9.884 hectáreas y se consolida como un producto líder en la región.
En Colombia el área sembrada con cacao suma algo más de 176.050 hectáreas para una producción promedio de 56.867 toneladas. Este alimento que es cultivado en 422 municipios en Colombia sigue extendiéndose como consecuencia de su precio y alta rentabilidad, igual porque facilita su agroindustria y todo lo concerniente a valor agregado.
El país exporta 7.056 toneladas de cacao, pero la idea de la Federación Nacional de Cacaocultores, Fedecacao, es llegar como mínimo a las 8.000 toneladas al cierre de 2020. Actualmente los principales productores de cacao son Santander, Nariño, Antioquia, Norte de Santander, Arauca, Huila y Tolima. El consumo per cápita chocolate en Colombia es de 0,8 kilogramos, pero la idea es seguir promoviendo el consumo para crecer en áreas cultivadas y en un mercado que sabe y huele bien.
El Cauca tiene en promedio 4.000 hectáreas sembradas con este alimento y de manera paulatina va creciendo porque si algo tiene el Cauca hoy es que quiere trabajar y mejorar la productividad para hacer del departamento un gran productor y más que eso, poner en el mundo el mejor cacao en taza, algo en lo que ya se gestiona porque hay suelos, conocimiento y muchas ganas de apostarle a la ruralidad y a productos versátiles con mercado nacional e internacional.
El destino del cacao colombiano suele ser Suiza, Reino Unido, Italia, Bélgica, Francia, España, Emiratos Árabes, Arabia Saudita, Corea del Sur y México.
Fue muy grato escribir de cacao en esta edición y poderle contar al mundo que una región de paisaje exclusivo y climas variados está haciendo una conversión agrícola importante pues empezó a dar pasos gigantes al reemplazar las siembras de coca por la de cacao, y por ello hay un compromiso que debe asumir Colombia para seguir incentivando cultivos lícitos y de igual manera se espera que el mundo compense esos esfuerzos coadyuvando con los productores caucanos y de otras regiones colombianas en donde la producción de cacao, definitivamente, a los labriegos, les cambió la vida.
fuente: https://diariolaeconomia.com/